jueves, 4 de diciembre de 2014

Creer, ¿Para qué?



CREER, ¿PARA QUÉ?

Conversaciones con alejados de Dios

1. ¿CÓMO SE DEJA CREER?

En muchas veces encontramos personas que dicen con sinceridad: “Mira, yo no sé lo que me ha pasado estos años, pero he cambiado mucho por dentro. Ya no sé si creo o no. No estoy seguro de nada”. Tal vez también a ti te sucede algo de esto. Y pensemos juntos, ¿Cómo se deja de ser creyente?

Alguna vez les ha pasado una cosa muy sencilla. Sin darte cuenta han ido abandonando todo lo que podía nutrir su fe. Y naturalmente, privada de alimento, su fe se ha ido extinguiendo. Algunos dirán no tuve tiempo para esa cosa. Bastante tenían con estudio o buscar trabajo. Otros podrían poner otras razones…No es difícil entenderlos, pero hay una cosa muy clara: si no alimentas tu fe terminará muriendo del todo. Si quieres reavivarla la tienes que cuidar mejor.

O algunos pensaran tal vez, la fe que he recibido de niño se los ha quedado corta, como los trajes que usabas en aquellos años. Habías ido creciendo en conocimientos, en cultura y en personalidad, pero su fe no ha crecido. Es normal que esa “Religión infantil” no te sirva ahora para dar sentido y orientación a tu vida de adultos. Si quieres vivir una fe adulta, tendrías que dejar a un lado esquemas y planteamientos infantiles, y a aprender a creer de manera responsable.

Otros han ido dejando la fe porque habían sentido maltratados por la vida. Ya no creen en nada ni en nadie. Al menos eso se parece. Sus heridas son demasiado dolorosas para poder vivir con paz interior. Para reavivarlo necesitas a un Dios amigo. Cuánto bien sentiríamos gozosos los creyentes a las personas que escuchen y comprendan a Dios.

Otros me dirán que están decepcionados por las posiciones que adopta la jerarquía de la Iglesia. Les hace daño leer ciertas declaraciones. No se siente bien en la Iglesia. Esto parece anacrónico, poco tolerante, machista, prepotente. Sé muy  bien lo que sienten. Yo conozco bastante bien la Iglesia por dentro y sufro al ver lo lejos que estamos del Evangelio en muchas cosas. Pero no tenemos que confundir nunca a Dios con los Obispos o los Sacerdotes. Si quieres encontrarte con Dios es mejor que escuches tu propia conciencia sin buscar excusas en lo que hacen los demás.

Algunos no han tenido suficiente fuerza para soportar el clima que se respira hoy entre nosotros. Han tenido que escuchar a veces insinuaciones y frases que los ha hecho daño: “¿Todavía vas a Misa?”, “¿Aun sigues creyendo en esos cuentos?”. Poco a poco, sin darte cuenta, tu fe ha quedado como reprimida. Al final has terminado haciendo lo que muchos hacen: dejarlo todo. Si quieres descubrir lo que Dios puede ser para ti, es hora reaccionar y ser tú mismo. No es bueno vivir <como todos> sin escuchar los interrogantes y anhelos que llevas dentro de ti.

Sin duda son muchas –variados y diferentes los caminos que pueden alejar de Dios. Solo tú sabes lo que has vivido, nadie más. Ahora si quieres encontrarte con él, tendrás que recorrer también tu propio camino. Nadie lo puede hacer por ti. Tú eres el que tiene que escuchar a Dios en el fondo de tu corazón.

2. SIN CAMINO.

También a ti te pude pasar lo que a otros mucho. Te sientes a veces como “perdido”. Pero tal vez Tu problema no consiste en que vivas extraviado o descaminado. Es algo más profundo y preocupante. Sencillamente vives sin camino.
Muchas personas viven hoy así. Se mueven mucho, hablan sin cesar, trabajan activamente. Se las ve siempre corriendo, pero en realidad no van a ninguna parte. No tienen meta ni camino.

¿Te sucede algo de esto? Tal vez vives girando sobre ti mismo y tus pequeños intereses. Tu vida consiste en reprimir lo mismo semana tras semana. No conoces la alegría del que se renueva y crece. Si te sientes como <perdido> es porque vives sin dirección y sin horizonte. En realidad no sabes lo que es extraviarte ni reencontrarte. Lo que a ti te pasa es que no tienes camino. O tal vez algo todavía más triste: vives andando y desandando cada día los mil caminos que desde fuera te van indicando las consignas y las modas del momento.

Piensa un poco. Encerrado en tu propio <Ego> no conoces el camino que te lleve al encuentro con los demás. Tal vez tratas con muchas personas pero no conoces la verdadera amistad o la ternura. Ni Tu mismo te das cuenta pero vives utilizando hábilmente a los demás. Rara vez te detienes ante el misterio del otro. Vives encerrado en ti mismo. Necesitas encontrar un camino que te abra a las personas.

No es solo eso. Te mueves por todas partes, ves los colores, tocas las cosas, saboreas la vida. Cómo disfrutas de la playa, nadando los ríos, la montaña o el mar. Pero no aciertas a descubrir nunca la presencia del Creador que lo penetra todo. En Tu pequeño mundo no hay un resquicio que te conduzca hacia Dios.

Hace tiempo que no te encuentras tampoco contigo mismo. Vives fuera de ti, en tu epidermis, sin vislumbrar ningún camino interior para descender al fondo de tu ser y escuchar la llamada que te invita a vivir de manera diferente.

Y, ¿Qué puede hacer un hombre o una mujer cuando descubre que su alma es un inmenso desierto sin caminos? ¿A quién te puedes dirigir? ¿Hacia dónde puedes caminar?
Por razones que solo tú sabes, te has ido alejando de casi todo lo <religioso>. Lo has dejado como algo inútil y desfasado. Pero no debieras rechazar a ligera esas palabras extrañas y enigmáticas de Jesús: “Yo soy el camino”. ¿Y si fuera verdad?

Tal vez estos años has ido abandonando algo que ni siquiera has llegado a conocer bien. Tú pensabas que ser cristiano consistía en confesar unos dogmas, ir a misa los domingos y, sobre todo, cumplir los mandamientos. Te falta lo más importante: descubrir que Jesús es un camino que hay que recorrer.

Te voy a decir algo que probablemente desconoces. Los primeros cristianos no hablan del cristianismo como si fuera una <religión> -nunca lo llaman así. Lo que ellos han encontrado en Jesús no es una nueva religión sino el <camino> más acertado para vivir. Dicen que es un “camino nuevo y vivo”, “inaugurado por Jesús para nosotros”. Un Jesús a recorrer con los ojos fijos en él.

Si te acercas a Jesús, lo que vas a encontrar no es una religión sino un camino nuevo para vivir. Y tú sabes muy lo que es un camino. A veces avanzarás con seguridad, otras veces encontrarás obstáculos, te cansarás, incluso podrás retroceder. Todo es parte del camino. Si sigues los pasos de Jesús podrás tener malos momentos, dudas, extravíos, pero tendrás un camino seguro.

3. NO ES FÁCIL SER AGNÓSTICO

No sé si tú sueles decir. Yo se lo he escuchado a más de uno: “Soy agnóstico”. Algunos lo confiesan con tono seguro y firme, como si fuera tan fácil vivir de verdad en una actitud agnóstica. Yo pienso que hay pocos agnósticos entre nosotros.

 Un agnóstico es una persona que busca sinceramente dónde está el misterio último de la vida y, al no encontrar motivos para creer en Dios, lo deja en suspenso. El agnóstico busca a Dios, pero no logra encontrarse con él. Entonces adopta una postura más honesta en ese momento: “no sé si Dios existe. Por ahora yo no encuentro motivos ni para creer ni para no creer”

Pero, ¿es esto lo que ocurre? En general, la postura más extendida entre nosotros es sencillamente olvidarse de Dios. Muchos de los que se llaman “agnósticos” son en realidad personas que no buscan. Xavier Zubiri (1898-1983), famoso filósofo donostiarra y gran creyente, decía que muchas personas viven “sin voluntad  de verdad real”

A bastantes les resulta indiferente que Dios exista o no exista. Les da igual que la vida termine aquí o no. Les basta con vivir lo mejor posible y desentenderse de todo lo demás. Viven sin buscar cuál puede ser el misterio último del mundo y de la vida. ¿No te puede estar pasando a ti algo de esto?

Hace unos años, el escritor francés Charles Chabanis publico sus famosas entrevistas a los ateos más prestigiosos de nuestros días. Pensaba encontrar en ellos un ateísmo riguroso y bien fundamentado. En realidad detrás de, graves profesionales de lucidez y honestidad intelectual, se escondía con frecuencia una "ausencia de búsqueda de verdad". Es lo que nos puede pasar a todos: una buena parte de los que dejan de creer en Dios los hacen sin haber hecho ningún esfuerzo por buscarlo.

Pero, ¿podemos decir que esta es la postura más auténtica de una persona? ¿te parece una actitud <progresista> vivir sin buscar la verdad última de todo? ¿cómo puede uno saber que no es posible creer si nunca ha buscado a Dios?.

Te puede suceder algo muy sencillo. No tienes ni tiempo ni ganas de ocuparte de estas cosas. Y entonces quieres mantenerte en una especie de postura neutral, sin decidirte ni a favor ni en contra de la fe: << soy agnóstico>>. No te das cuenta de que, así estas ya  tomando una decisión la peor de todas: vivir en adelante sin buscar.

Hoy se dice con toda tranquilidad que no tiene sentido buscar <<el sentido de la vida>>. Ciertamente es  más cómodo no adentrarnos en nuestro corazón, no escuchar las preguntas que nos brotan de lo hondo de nuestro ser ni las llamadas que hay en la vida. Pero el que renuncia buscar un sentido a la vida está diciendo literalmente que quiere vivir  una vida in-sensata. Lo has pensado alguna vez?

Eludir el problema de Dios, vivir cerrado a toda llamada interior, pasarse la vida en una postura de <<neutralidad religiosa>> y presentarse ante los demás como agnóstico puede ser la mejor manera de engañarte a ti mismo.

Por lo general, no lo atrevemos a confesarlo a nadie, pero nuestro mayor riesgo, también el tuyo y el mío, es pasarnos la vida entera engañándonos a nosotros mismos. No nos encontramos con Dios porque en nuestro corazón falta verdad interior.

por eso, es bueno recordar la palabras de Agustín, Obispo de Hipona, gran buscador de Dios. "Tu puedes mentir a Dios pero no puedes engañarle. por eso, cuando tratas de mentirle te engañas a ti mismo".

4. CREER, ¿PARA QUÉ? 
A veces pienso en quién hemos puesto toda nuestra confianza?  el cotejo del mundo es nuestro esfuerzo, las fuerzas y posibilidades logradas son parte de la humanidad. Los éxitos, el poder de sentir grandes ante los demás hombres, son nuevos reflejos de luz que apagan a cualquier fracaso delimitado. 
   .









No hay comentarios:

Publicar un comentario